miércoles, octubre 25, 2006

ROVAI: Construyendo sentido de comunidad

Justus Randolph ha construido una encuesta muy interesante que, a partir de 26 preguntas, trata de medir hasta qué punto un profesor de un curso asincrónico en línea asume comportamientos que, teóricamente, incrementan el sentido de comunidad entre los participantes del curso. La encuesta (a diferencia de muchas que uno encuentra en la red) incluye un corto manual que ayuda a calcular e interpretar los resultados, lo cual le da un gran valor agregado.


El trabajo de Justus está basado en un artículo de Alfred Rovai, llamado "Construyendo sentido de comunidad en la distancia", el cual ofrece algunas ideas de base muy útiles respecto a lo que significa construir sentido de comunidad en un curso. Habla acerca de cuatro dimensiones que definen el sentido de comunidad (espíritu, confianza, interacción y expectativas comunes), y luego describe siete factores que se correlacionan con el sentido de comunidad: Distancia transaccional, Presencia social, Igualdad social, Actividades en grupos pequeños, Facilitación del grupo, Estilo de enseñanza y estadio de aprendizaje, y Tamaño de la comunidad.


En especial llamó mi atención lo referente a la distancia transaccional, pues fue una oportunidad de darle nombre a esa brecha existente entre profesor y estudiantes, que a menudo constituye un riesgo latente para que los aprendices puedan lograr sus objetivos de aprendizaje. De algún modo, todos los esfuerzos de reconocer al profesor como facilitador apuntan a reducir esta distancia transaccional. Los otros elementos son mucho más recurrentes en la mayor parte de la literatura relacionada con comunidades virtuales.


 

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jueves, octubre 12, 2006

Tecnología para comunidades

Nancy White publicó el año pasado en Flickr un conjunto de mapas muy interesantes que dan cuenta de sus ideas acerca de los diversos usos de la tecnología para apoyar la consolidación de comunidades de práctica. Los mapas están en inglés, así que podría ser interesante intentar una traducción del asunto. Estas son las ideas detrás de algunos de los mapas disponibles:


1. Comunidad sin dinero y sin herramientas disponibles


2. Identificar intereses y usar herramientas existentes


2. Comunidad interna que sólo puede usar lo que tiene


3. Construir o ensamblar una plataforma personalizada


4. Considerando necesidades internas y externas


5. Comprando una plataforma


Los números repetidos provienen de Nancy, por cierto.  Estos mapas hacen parte del trabajo previo a la publicación de un libro acerca del tema, en el cual hay un capítulo de Nancy y Etienne Wenger (quien junto a Jean Lave propuso inicialmente las ideas básicas de comunidades de práctica y aprendizaje situado).  Este es un enlace al borrador de ese capítulo (también en inglés).


A inicio de este año escribimos (junto con Alvaro) un documento que presenta una pequeña revisión conceptual de las ideas de comunidades virtuales y propone un conjunto de criterios de evaluación para una plataforma tecnológica que sirva para apoyarlas. Si bien han pasado muuuuuchas cosas a lo largo de este año (lo cual implica que el documento puede requerir una revisión), es un buen punto de partida en este tema, y sería muy interesante recibir comentarios al respecto.


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Me declaro intolerante

Cristina ha escrito un artículo que, a mi juicio, genera un fabuloso tema de discusión y análisis. Ella dice que "me tienen desesperada con la expresión "Yo le colaboro" cuando estoy esperando es que la persona haga su trabajo... cumpla con su deber".
Yo no puedo estar más de acuerdo, y tengo una experiencia propia para contar, que ocurrió ayer.


Viajando en un bus, de camino hacia el MEN, subió un mimo. Sólo que, a diferencia de sus congéneres mimos, este hablaba. Y con voz de payasito recreacionista (esta expresión no busca ser peyorativa, sino que creo que todos somos capaces de imaginar el tono de una voz de estas), dijo que nos traía un mensaje de "amor, respeto y tolerancia". Resultó que ese mensaje era (en sus palabras) "el símbolo universal de la paz". Imagínense, este símbolo universal resultó ser la carita feliz que todos conocemos.


Acto seguido, pasó por cada puesto, pegando en la mano de cada uno de los pasajeros una de estas caritas, de distintos colores y con distintas expresiones (todas alegres, sin embargo).
Luego volvió a la parte delantera del bus y pidió "a las personas de buen corazón y de buena voluntad", que "apoyaran su medio de trabajo" y "le colaboraran con cualquier monedita".


Esto es típico en el transporte público de Bogotá. Pero ayer, por alguna razón yo estaba, o bien algo molesto o bien muy atento, así que terminé realmente indignado por toda la situación.


Y no porque alguien suba a un bus a pedir dinero, sino por la forma en la cual lo hizo este personaje. ¿Cómo puede hablar de respeto y tolerancia, cuando está irrumpiendo de manera tan agresiva en el espacio de cada pasajero? Me refiero a que, prácticamente, obligó a cada pasajero a aceptar la carita feliz que estaba dejando. ¿Hay allí tolerancia y respeto? Yo diría que no, pues parte de la tolerancia y el respeto consiste en permitir a los demás decidir qué aceptan y qué no.


Por otro lado, ayer sentí claramente un chantaje emocional en el discurso del personaje. Resulta entonces que si no le doy una moneda, no tengo buen corazón ni buena voluntad. En términos crudos, está apelando a que cada pasajero demuestre su buen corazón por medios económicos. Esto me indignó profundamente.


Sin embargo, no fui capaz de decirle nada al mimo y, por pura presión social, terminé dándole una moneda. Debo reconocer que no me sentí muy bien cuando todas las personas a mi alrededor le "colaboraron", así que caí en el juego y demostré, después de todo, mi buen corazón y buena voluntad. De alguna manera, compré mi paz mental.


*Suspiro profundo para tranquilizarse*


En fin, lo que llamó mi atención es cuán alejado resulta a veces el discurso del hacer. Cuán fácil resulta volvernos víctimas del lenguaje y, para el caso de Cristina, terminar profundamente agradecidos y conmovidos porque tal o cual empleado nos "colaboró", cuando en realidad estaba cumpliendo su deber. O, en mi caso, terminar sintiéndonos culpables (malas personas) por no dar una moneda.


Cómo diría Victor, pienso que es una excelente excusa para lanzar una "pregunta al aire":
¿Qué otros ejemplos como estos, en donde hay un claro abuso del lenguaje, vemos a nuestro alrededor?

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